sábado, 15 de marzo de 2014

JÚBILOS DEL PAQUIRO. Y UN LIBRO SOBRE TEATRO CATALÁN

Marzo está siendo pródigo en acontecimientos jubilosos; me entregan el Machaco de Honor que, a nivel humildísimo, acabará siendo el más codiciado de Valencia, como el Paquiro,  a lo grande con sus 50.000 mil machacantes, lo es ya de toda la cristiandad y de la morería taurinas. La universidad de Valencia me invita a un Seminario sobre Tauromaquia, precisamente durante la Fira de Juliol, a la que durante 25 años he sido fiel, con  Carlos Ilián,  un reconstituyente sus críticas en Marca, la Marca que decían los antiguos. Sigue la onda expansiva del Paquiro conjunto a Enrique Ponce y a la Junta Administrativa: la edición más celebrada y de mayor repercusión periodística. Me llaman amigos de Bilbao, sabedores de que mi candidato era Ponce en solitario y no la candidatura dúplice:
"no volverás a ganar en los jardines del Indautxu una partida de mus, y no volverás a elegir vino de Ribera del Duero". Tengo que discutir esto con Jon Ortuzar, con Jon Múgica, con Javier Campuzano. 
En los jurados, como en los Consejos de Ministros, hay algo que se llama secreto de las deliberaciones. Yo solo puedo decir lo publicado; que la candidatura dúplice ganó por abrumadora mayoría y que en esa mayoría yo no estaba. Zabala de la Serna me reprocha cordialmente mi postura argumentando que en Bilbao he escanciado montones de botellas de vino. Lo dice con palabras menos finas; cuidado, Vicente, con las palabras, que las carga el diablo y luego pasa lo que pasa. Le debo a Bilbao una Oda, una Égloga, un Canto Triunfal que escribirè seguero estas Fallas; o mejor el dia que en las próximas CC GG generales presente la corrida, en el apartado matutino, que nada más cocluir el fallo del Paquiro, me ofreció Javier Aresti.

Vuelvo a encontrarme con Enrique Múgica en el estreno de Dionisio, una pasión española, de Amestoy. Fugazmente retomamos el tema del Paquiro del dia anterior. Pero esto es como si perteneciera al secreto de las deliberaciones. En resumen, un Marzo feliz; se cierra con el María Guerrero de Ernesto Caballero, la lectura dramatizada de Las Tres pasiones de Encarnación López Júlvez; salvo catástrofe imprevisible, el dia 7 de abril. Enrique Ponce volverá a ser noticia. Y  con él, Luis Francisco Esplá,  que ya firma sus cartas como Ignacio Sánchez Mejías; Y Aida Gómez, sobre la que se prepara magna exposición, María Toledo, Paloma Cuevas y más gente ilustre. 

ESCAPARATE DE LIBRERIA.

Barcelona, Ciutat de Teatres, de Carme Tierz y Xavier Muniesa, es una obra monumental, espléndidamente editada por Viena Ediciones. Barcelona, un gran espacio escénico tal como Shakespeare veía el mundo: un gran escenario.  No es solo un relato de la existencia física de las salas de teatro más conocidas y significativas: es un espíritu. El espíritu que convirtio Barcelona, a los ojos de muchos que vivían en la Metrópoli, el poblachón manchego de Madrid, en la ciudad lejana del teatro, la luz y la cultura.
200 salas reseña Carme Tierz en el devenir teatral de la Ciudad Condal. Aunque ahora corran enturbiadas, las aguas del teatro siempre bajaron claras y renovadoras por las ramblas barcelonesas. Josep María Pou escribe en el prólogo lo que quizá pueda ser considerado el mayor reconocimiento para un libro; la necesidad, el texto que siempre hubiéramos querido tener en las manos; tenía en su biblioteca un espacio vacío, tras conocer a fondo los teatros de Londres, París, Nueva York, y esa espacio ha venido a llenarlo el libro de Tierz y de Muniesa.

 Cita Pou oportunamente a Federico García Lorca: "una ciudad sin teatro es una ciudad muerta". Y aún se podría ir más allá. Digo yo: una sociedad  despojada de teatro, o debilitada, por el IVA criminal del 21% es una sociedad en estado agónico. Por eso este gobierno de analfabetos comete crimen de censura, lesa cultura y amenaza pública contra el teatro y los ciudadanos, al mantener ese Iva depredador: la economía como censura. Aunque no sea siempre así, la historia nos hace libres, la historia del teatro, de la cultura, de la política. Esa es, creo yo, la mayor aportación de Barcelona, ciutat de Teatres a la turbulenta historia de estos dias.

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