domingo, 2 de marzo de 2014

PALESTINO Y PALENTINO. Y, AL FONDO, COLMENAR

Como parece obvio, no es igual palentino, de Palencia,  que palestino de Palestina, aunque a mi  libro    Parábolas palestinas, más de un gracioso le diera por retitularlo  como  Parábolas palentinas.
Cerca  vive Mahamud Sobh, poeta palestino hace siglos nacionalizado español. Los dias de partido grande, y hoy se juega a sangre  fuego, el Atlhético-Real Madrid,   procuro no salir de mi casa; en los alrededores de la estación de Chamartin y la plaza Castilla se concentra el mayor número de carteristas por metro cuadrado, sobre todo si el partido es en el Bernabeu. Casi siempre me birlan la cartera con una delicadeza exquisita sin que advierta el expolio hasta que voy a pagar el desayuno en Carmen Lazcano o el periódico a la kioskera María Luisa. Hoy Mahamud me invitó a desayunar en Lazcano y me propuso un viaje a Jerusalén para decir versos. Acaban de darle un premio importante y quiere que algunos amigos estemos con él. Acepto claro.... Mahamud es el moro amigo, excelente poeta que un dia en La Estrecha estuvo a punto de ser ajusticiado por Luis Burón Barba, Fiscal General del Estado, porque por un error suyo le ahorcaron al Fiscal el seis doble. Cuando publiqué Parábolas palestinas  me llevó  a Túnez a hacer una lectura comentada, una exégesis del libro, que él iba traduciendo al árabe. Hoy me invita al café con leche en Lazcano, al croixant dorado y crujiente y me propone un desayuno fastuoso  a base de dulces de elaboración casera. Y nadie me birla la cartera porque la he dejado en casa. Y nada más planear esta Nueva Cruzada, a la inversa, para liberar los Santos lugares me retiro a mi lugar sagrado: mi mesa frente al ventanal, que sólo están autorizadas a profanar Ana y nuestra gata Susú.

Escaparate de librería.

Hace unos dias se presentó en Colmenar Viejo, el libro de Miguel Angel de Andrés  Historia General de la Plaza de la Corredera.  Magnífico texto de casi 500 páginas, sobre todo para quienes quieran conocer la historia del pueblo serrano y su incardinación en la Fiesta. A través de a corredera se filtra toda la historia de Colmenar, su prestigio torista en decadencia: Colmenar, tierra de toros, de ganaderís duras, de aficionados implacables. Y de toreros. La biografía de La Corredera es la biografía de Colmenar Viejo, y Miguel Angel de Andrés ha sabido fusionar ambas identidades en una sola. Y magnífica edición. Ediciones así estimulan no solo al posible comprador, sino a los escritores que quisieran para sí, igual tratamiento: gloria de un textto editado con lujo. La portada y la contraportada son también de Miguel Ángel de Andrés.
He tenido el privilegio de prologar este libro monumental y, como quiero reafirmarme en lo que escribí, reproduzco algún fragmento del mismo: "La solera taurina de Colmenar Viejo, podría interpretarse como un apéndice de Madrid: las Ventas, Carabanchel, la Corredera. Pero Colmenar tiene su propia historia y su personalidad que la colonización de Madrid no ha podido desdibujar. En los colmenareños hay un ritmo lento, una mirada larga y profunda que la proximidad de la sierra no entorpece: una mirada de horizontes amplios como su dehesa de bravo. El ritmo de Colmenar es lo que más atrae a los capitalinos de Madrid, como sus corridas de toros atraen a los aficionados de las Ventas. Puede que la afición de Colmenar no sea exactamente lo que era; pero quedan las raices, esa raiz torista que, aunque debilitada, quiere ser todavía su identidad".

Me he hecho colmenareño casi en la medida en que puedo ser de Torre de los Molinos, noble apéndice suburbial, ya casi un barrio, de Carrión de los Condes. Y en cuestión de toros, mucho más. Colmenar imprimió en mí una línea de tauromaquia que ha marcado 25 años de cronista en El Mundo: una tauromaquia del toro por encima de una estética vacía del toreo sin toro.  Joaquín Vidal  y yo aspirábamos a que Colmenar fuera la reserva torista de la Comunidad de Madrid; y, ya puestos, de España entera. El Ayuntamiento de Colmenar ha municipalizado la gestión de la Feria de los Remedios. Quizá sea el camino a seguir...No sé. Que tenga suerte.

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